Violencias de género contra las mujeres: un fenómeno creciente en Latinoamérica

Panel de Seminario

El jueves 1 de diciembre las investigadoras Sonia Frías, Florencia Herrera y Pilar Larroulet se reunieron para abordar las distintas formas de violencia desde una mirada interseccional, con enfoque de derechos y en contexto de pandemia.

Para conversar sobre estas temáticas, el Seminario Desigualdad y Violencia de género contra las mujeres presentó hallazgos de investigaciones en Chile y México sobre las distintas formas de violencia de género y contra las mujeres.

“En un momento donde la academia se refugia en la comodidad de los espacios disciplinarios, este seminario desafía las presiones para abordar un tema de enorme preocupación para la sociedad”, comenzó Nicolás Somma, Director del Instituto de Sociología UC.

“En el encuentro con las otras entendemos que la violencia que vivimos no es aislada, sino una realidad compartida. Agradecemos estas instancias, pues permiten que el conocimiento sea difundido y reflexionado con la ciudadanía”, señaló Isadora Castillo, integrante de la Red Chilena contra la Violencia hacia las Mujeres y moderadora de la instancia.

Sonia Frías: violencias en México desde una mirada interseccional

La doctora en sociología e investigadora del Centro Regional de Investigaciones Multidisciplinarias de la UNAM, Sonia Frías, expuso sobre Violencias de género y violencias en contra de las mujeres. Una mirada desde la interseccionalidad. 

Para Frías, la violencia de género es aquella que se ejerce desde el modelo hegemónico de la masculinidad, se origina de las desigualdades socialmente construidas entre hombres y mujeres en un sistema de organización patriarcal. En cambio, la violencia contra las mujeres incluye otras formas de violencia y victimización que no son solo de género, aunque pueden verse profundizadas por las mismas. 

Este tipo de violencia tiene como principales víctimas a mujeres y niñas. Es así como la Encuesta Nacional sobre la Dinámica de las Relaciones en los Hogares (ENDIREH) 2021 de México, una de las más completas en materia de género a nivel mundial, revela datos sobre víctimas en el país de: violencia obstétrica (27,7%), violencia física de pareja (5,2%), hostigamiento y acoso laboral (7,2%) y en las escuelas y universidad (13,7%). 

Además, la investigadora destaca que otro de los grandes problemas que tienen en México es el feminicidio, entendido como el asesinato de una mujer por motivos de género. “Se diferencia del femicidio puesto que el feminicidio tiene un carácter de crímenes misóginos, de odio hacia las mujeres”, indica. Y profundiza: “Feminicidio es la culminación del continuum de violencia de género contra las mujeres, puesto que existen formas ‘menores’ o normalizadas de violencia de género que lo que acaban generando. El feminicidio no ocurre como algo aislado a otras formas de violencia, generalmente está precedido por otras. Es un caldo de cultivo”.

La interseccionalidad surge además en las diferencias entre mujeres indígenas y mujeres no-indígenas. “Las mujeres indígenas tienden a ser objeto de ‘matrimonios forzados’, porque prevalecen prácticas como la compra-venta de mujeres u obligar a casar una chica porque ha sido víctima de violación”.

Por lo mismo es que «debemos visibilizar las distintas violencias que padecemos en distintos contextos, incluyendo aquellos institucionales. Desde una perspectiva interseccional, debemos pensar la violencia como un continuo para prevenir formas ‘menores’ y ‘mayores’ de violencia», señaló Frías.

Florencia Herrera: el estigma de las mujeres madres con discapacidad 

Florencia Herrera, directora del Núcleo Milenio Discapacidad y Ciudadanía e investigadora adjunta del Instituto Milenio para la Investigación del Cuidado, MICARE, abordó la Negación e invisibilización: experiencias parentales de personas con discapacidad.

Las mujeres y niñas con discapacidad pueden sufrir más situaciones de violencia por parte de sus parejas y de parte del Estado. “Es una situación sistemática y social. Se ha estudiado la violencia contra la mujer pero en menor medida sobre mujeres con discapacidad. No se pueden tratar como fenómenos separados, ni como subcategorías. Hay que articular las violencias, ya que presentan un riesgo mayor para quienes tenemos discapacidades», indicó Herrera.

En su investigación, parte de los hallazgos indagan en los efectos de estas discriminaciones a nivel psicosocial y emocional de padres o madres, o quienes quieren serlo, especialmente en mujeres: «Las mujeres con discapacidad estamos más infantilizadas, tenemos menor acceso al transporte y a la información, y no se nos reconoce el derecho a decidir sobre nuestra propia vida, especialmente en temas sexuales y reproductivos».

Esto conlleva a una baja autoestima, ya que hay una dificultad de las mujeres para cumplir con el rol tradicional de género: ser buena esposa, ser buena madre. Sumado a la sensación de que sus vidas valen menos, el Estado aporta a esta misma situación, “como si todo lo malo que nos pasa es atribuible a la discapacidad”, señala. 

Es así como elegir ser madre con discapacidad se vuelve socialmente una irresponsabilidad, puesto que, desde la perspectiva de la investigadora, se entrega un mensaje tal como si “la discapacidad no debería existir”. Hay una negación a la reproducción y a la maternidad, ya que si tienen hijos o hijas van a nacer con las mismas discapacidades, “dificultando” sus vidas.

En este sentido, para Herrera es fundamental: luchar contra el estigma asociado a la discapacidad, que entiende a estas personas como una desviación del cuerpo estándar, sujeto y sujetas incompletas o falladas; visibilizar e identificar la distintas formas de violencia contra las mujeres con discapacidad, puesto que están sumamente normalizadas y las expectativas del trato son bajísimas; y enfrentar las formas de “discriminación anticipada” que llevan a vivir una vida aterrada, incluso sin vivir hechos de violencia.

Pilar Larroulet: patrones de movilidad y pérdida de empleo como factores pandémicos que afectan en la violencia doméstica

Pilar Larroulet, profesora del Instituto de Sociología UC e investigadora VioDemos, presentó parte de la investigación Impacto de cuarentenas en violencia doméstica contra mujeres durante 2020, trabajo conjunto con otras investigadoras e investigadores.

En Chile, la Encuesta de Victimización hacia las Mujeres muestra  que 1 de cada 4 mujeres ha experimentado violencia por su pareja o ex pareja durante el último año. La mayoría de estas violencias son psicológicas, seguida por hechos de violencia física y sexual. También, se sabe que la violencia doméstica (VD) aumenta cuando la familia pasa más tiempo junta, en periodos de fines de semana o vacaciones, viéndose aún más intensificada en momentos de incertidumbre económica, desempleo y estrés general. 

En estos contextos, no es de extrañar que al inicio de la pandemia y dada las políticas de restricción de la movilidad, se proyectara el aumento de la violencia hacia las mujeres, indica Larroulet. Pero, durante las cuarentenas en Chile nunca hubo preocupación por la violencia doméstica (VD), indica: “No se pensó en lo que pasaba en los hogares, solo en el COVID-19, pero la imposición de cuarentenas produjo un aumento en los indicadores que inciden en VD”.

En este sentido, el estudio evidenció que durante el ingreso a cuarentenas hubo más llamadas al Fono Familia (#149) de Carabineros, aumentando en un 106% durante los primeros seis meses de cuarentena, y más casos de uso de Casas de Acogida, pero si se indica una disminución de denuncias en un 5%. Además, el estudió reveló una baja parcial de llamadas de ayuda y disminución casi total de casos en Casas de Acogida al momento de salir del encierro. 

¿Cómo se explica esto? Desde el equipo se exploran dos mecanismos en específico: 

-Patrones de movilidad, que demuestran cómo efectivamente con el inicio de las cuarentenas hay una caída muy fuerte en movilidad y que estas restricciones de movimiento inciden en la denuncia de estos casos de violencia.

-Empleo/desempleo de hombres y mujeres, factor que influye en los niveles de violencia en el hogar dependiendo si es caída de empleo formal masculino o femenino. En el primer caso se señala que la caída de empleo masculino explica alrededor de ⅓ del aumento de las llamadas a los teléfonos de ayuda. En contraste con el empleo femenino, la caída es mucho menos pronunciada y explica la disminución de un 6,5% de las denuncias, en parte porque una mujer sin empleo tiene menor capacidad de denunciar, por los costos que puede traer la denuncia y las posibilidades que tiene de salir. 

El Seminario Desigualdad y Violencia de género contra las mujeres es una iniciativa conjunta con el Instituto de Sociología UC, el Instituto Milenio para la Investigación del Cuidado (MICARE) y el Instituto Milenio para la Investigación en Violencia y Democracia (VioDemos). Les invitamos a revivir el en el canal de YouTube de Sociología UC AQUÍ